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Los grafiteros del subte: los transgresores de los que nadie habla
En el turno noche, grupos grafiteros entran a las estaciones de subte a vandalizar las formaciones. Al hacerlo, violentan a los trabajadores y nadie responde por ellos.
Cerrá tus ojos por un momento. Imaginá que estás dentro de un vagón de subte. De repente, un grupo de 10 a 15 encapuchados, vestidos de negro con bolsos tocan el botón de emergencia. La formación se detiene. Sacan una palanca y fuerzan la puerta. Estas personas saltan a las vías y comienzan a pintar. Sentís un olor muy fuerte a pintura que te invade, acompañado del miedo: ¿qué pasa ahora? En cuestión de segundos el vagón entero está pintado, los grafiteros guardan todo en los bolsos y desaparecen entre los túneles. El subte vuelve a arrancar y en la próxima estación te hacen evacuar junto al resto de pasajeros.
Podrías pensar que es la trama de una película de acción. Pero no, para los trabajadores del subte del turno noche simplemente es un día más. Pero ¿por qué los subtes? ¿qué tienen de especial?
El subte a través de sus seis líneas A, B, C, D, E y H cruza la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Toca puntos estratégicos desde Plaza de Mayo hasta Retiro, Constitución y las cabeceras en los barrios de Flores, Villa Urquiza, Belgrano y Parque Patricios, solo por mencionar algunos destinos.
Según datos de 2023, los subtes llevan alrededor de 900 mil pasajeros por día hábil, por lo que cualquiera creería que las problemáticas serían fácilmente visibles, pero ¿Qué pasa cuando más de 900 mil personas no ven lo que sucede? ¿Qué pasa cuando se oculta?
Si algo queda claro, es que cuando se tapa una problemática habrá afectados, porque hay medidas que se ignoran. En el caso de los grafiteros del subte, se vulneran los derechos de los trabajadores, ya sea por las situaciones de violencia a las que se enfrentan o por tener que realizar tareas extras para reacondicionar las formaciones. Según cuenta un trabajador de limpieza de la estación Diagonal Norte, esto los aqueja hace años: "llevo 20 años acá en la empresa y te puedo decir que los grafitis vienen de 20 años más para atrás, yo entré y ya luché contra eso".
Luego de los ataques, los grafiteros nunca son atrapados, esto se debe a dos motivos: por un lado, al vandalizar durante tanto tiempo las formaciones, perfeccionaron su modus operandi; por otro, la falta de seguridad hace que sean imparables. El hecho es que luego de las 22:00, la policía de la Ciudad se va de las estaciones y la seguridad de la empresa no está preparada para proteger a los trabajadores de delincuentes armados como son los grafiteros.
La logística
Tienen dos formas de operar: desde el vagón o desde la estación. En ambos casos, se trata de grupos de 10 a 15 personas de entre 20 y 30 años, que poseen un conocimiento sobre la dinámica del turno noche. Según explica una grafitera de 20 años, "tenés que tener conocimiento sobre la estación o el funcionamiento del subte para poder entrar. Ese conocimiento se construye a partir de ir hasta cierto punto y quedarte esperando y estudiando los horarios, los cambios de turnos, donde hay guardias y donde no".
Asimismo, Luciana Bonaldi, conductora de la línea H en el turno noche, explica que los empleados están atentos para evitar el contacto con los transgresores.
- A veces cuando estás entrando a la estación ya los ves y seguís de largo, ahí les decimos a los pasajeros que hay un problema en la estación, que hay que frenar en la siguiente.
- ¿Y si los grafiteros logran subirse?
- Los miramos por las cámaras, pero muchas veces antes de bajarse en el medio del túnel a grafitear pintan la cámara también.
- ¿Cómo se bajan en el medio del túnel?
- Tocan el botón de emergencia, yo freno el subte y los dejo que se bajen a pintar, porque van armados y si no los dejas te amenazan, te golpean la puerta de la cabina. Una vez que se frena el subte sacan algún palo con el que fuerzan la puerta. La abren y se bajan. En segundos te pintan todo el vagón y se escapan por los túneles.
La otra manera de operar es desde la estación, donde esperan a que los subtes estén en las cocheras para irrumpir, cuenta la grafitera: "tenés que ser mega silencioso y rápido, no podés tardar una banda de tiempo, no podés dejar ninguna lata de pintura o pincel tirado y tenés que tener siempre gente mirando, haciéndote de campana".
Luego de la vandalización los conductores deben evacuar a los pasajeros y dirigirse a la terminal para que remuevan la pintura ya que los subtes no pueden circular grafiteados. Según el abogado penal Héctor López, esto vulnera el trabajo de los empleados de mantenimiento y limpieza, que deben reacondicionar los subtes cuando ya estaban limpios.
¿Por qué los subtes?
"El que pinta en el lugar más difícil, tiene más respeto. Uno cuando empieza a grafitear empieza por los lugares más tranquilos, como las calles o avenidas, hasta llegar a los más picantes. Se supone que con la experiencia y con la gente que vas conociendo, te dan más ganas de subir de nivel y los lugares más picantes son los trenes y los subtes. Son los que más prestigio tienen porque es un lugar cerrado, privado", señaló la grafitera.
Por otro lado, el abogado López explica que se realizaron estudios acerca de por qué se arruinan espacios públicos. Entre estos análisis, se encuentra el archivo "Patrimonio y conflictos urbanos: Análisis y estrategias para el desarrollo de políticas culturales" de María Victoria Valenzuela. En el mismo se expone que los jóvenes en la ciudad se sienten excluidos y no tienen espacios para desempeñarse y liberar su naturaleza hiperactiva y ansiosa, entonces dañan espacios públicos para expresarse.
La respuesta de Emova y el sindicato
En todos los casos se observa una misma logística y organización para vandalizar los subtes. Al hacerlo, vulneran los derechos de los trabajadores, ya sea porque los agreden verbal o físicamente o porque tienen que hacer un trabajo extra de limpieza que no les corresponde. Entre estas leyes incumplidas se destacan la Nacional de Trabajo y la de Higiene y Seguridad en el Trabajo, que establecen los principios de protección laboral, las condiciones de trabajo y medidas de seguridad y salud.
Además, al vandalizar, se infringe el Código Contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que establece en sus artículos 54, 69 y 80 cómo actuar en caso de atacar servicios y lugares públicos. Esta ley sanciona a los grafiteros con penas económicas, de trabajo social y hasta arrestos de tres a treinta días.
Si bien hay leyes que protegen a los trabajadores, pruebas visuales contra los grafiteros, testimonios y denuncias internas en los foros sindicales, nunca se toman medidas para mejorar la situación.
Por un lado, Emova incentiva a la falta de conocimiento sobre esta problemática ya que no da información a través de ninguna de sus fuentes de contacto. De igual manera, los trabajadores del Puesto Central de Seguridad y Monitoreo de la estación Independencia, comentaron que constantemente reciben denuncias por la vandalización de los subtes pero que, al ser un tema delicado, no pueden dar información oficial de la empresa. Entonces, si bien dentro de la empresa hay conocimiento de lo que sucede, quienes deberían proteger a los empleados no toman cartas en el asunto e intentan ocultar el problema al no dar declaraciones.
Por otro lado, según la conductora Bonaldi, ante los hechos de violencia la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro "mantiene un reclamo de más presencia policial en el subte y toma medidas de interrupción del servicio con motivo de protesta". A su vez, desde la secretaría de comunicación de la AGTSyP informaron que no dan declaraciones sobre la problemática ya que el sindicato no tiene una posición oficial; por lo que deberían discutirlo en el plenario de delegados y la directiva para dar información al respecto.
Entonces, si el sindicato es el encargado de mediar entre la empresa y los trabajadores y velar por sus derechos ¿Por qué no hay una posición oficial? ¿Acaso el tema nunca se discutió? ¿Dónde quedan las denuncias de los empleados? Se puede observar que los trabajadores cumplen con sus obligaciones, pero sus derechos no son respetados y según el trabajador de Diagonal Norte, la situación no mejora.
- ¿Notas algún cambio? ¿Más seguridad?
- No, seguridad cada vez menos.
- ¿Qué te genera saber que no se conocen estos hechos?
- Impotencia, porque me hacen trabajar más y porque me encuentro desprotegido y me puede pasar algo más grave.
Además, los trabajadores corren el riesgo de intoxicarse con las pinturas, "sí, obvio que te podés intoxicar, muchos artistas deciden pintar con una máscara o aunque sea un barbijo, no sólo por una cuestión de anonimato sino por precaución para la salud", relata la grafitera y agrega, "cualquier persona puede ser grafitera", por lo que el delito puede ser cometido por cualquier persona que tenga en mano un aerosol. Para ellos se trata de un juego donde ganan prestigio y suben de nivel, pero dejan de lado la integridad y seguridad de trabajadores desamparados.
El riesgo que corren los trabajadores es alto, son agredidos física y verbalmente y deben realizar tareas extras. Nadie responde por ellos, el Sindicato no tiene posición oficial y Emova oculta la información. Mientras tanto, los trabajadores deben cuidarse entre ellos, ya que cualquier persona puede convertirse en un grafitero que agrede.